¿Necesitamos sociedades más caritativas o más justas?
Existen más pobres en el mundo que personas transformando intenciones en acción. Muchos de los que actúan y quienes deciden quedarse de espectadores piensan que la solución es meramente económica. Sin embargo, el dinero es solo una pieza y no siempre la más importante. Como dice, Sofía Ortega de Ashoka en este artículo, "obtener dinero no es igual a dejar de ser pobre.... La pobreza no es una condición, es una injusticia mucho más compleja que un concepto financiero".
¿Falta de dinero o falta de oportunidades?
Es fácil llegar a cuestionarnos si realmente sirve otorgar más ayuda financiera, si no se brinda un acceso equitativo a una calidad de vida justa. Pensamos que obtener dinero es lo más importante para que las iniciativas funcionen. Sin embargo, hay un factor aún más relevante. Cuando las iniciativas no se construyen en correlación con la comunidad, las posibilidades de que los proyectos salgan adelante son mucho menores.
Hasta el momento hemos utilizando un enfoque asistencialista que ha venido acompañado con el sentimiento de ayudar a quien se encuentran en situación precaria o menos favorecida. Se busca brindar una ayuda más no un acompañamiento, no consideramos que sea nuestra responsabilidad ayudar, nace de nuestros 'buenos sentimientos'. El asistencialismo entonces, lo podemos relacionar con la caridad, un sentimiento de querer ayudar (opcional) y no de responsabilidad (compromiso).
Según el economista italiano, Stefano Zamagni, "el asistencialismo social produce más pobreza". Zamagni se hace el siguiente cuestionamiento: "¿por qué los políticos, en todo el mundo, prefieren ese enfoque de mejorar las condiciones y no las capacidades de vida?". Una interesante reflexión que hoy esta dando una vuelta de tuerca bajo el concepto de empoderamiento, el cual reconoce la capacidad de cada individuo, y brinda oportunidades para desarrollarlas.
El empoderamiento no solo reconoce capacidades, entiende que la única manera de que un ser humano salga adelante, es que sea él mismo quien empodere su vida. Dentro de este esquema, no necesitaría caridad, necesita de un sistema que le brinde apoyo inicial, acompañamiento y acceso a oportunidades de desarrollo más justas. Es aquí cuando empezamos hablar de justicia, el derecho de todo ser humano a tener una calidad humana de vida. Si hablamos de empoderar reconocemos el bienestar como un derecho (justo) y no como un favor. ¿Qué pasaría si empezáramos a entender los problemas y sobretodo resolverlos desde una perspectiva más justa y menos 'caritativa'? Nelson Mandela decía, “la pobreza no es un accidente. Como la esclavitud y el apartheid, es una creación del hombre y puede eliminarse con las acciones de los seres humanos”.
¿Crees que pensar que quien vive en situación de pobreza se lo merece porque "no se esfuerza lo suficiente", podría ser una señal de una pobreza interior mucho más grande? Quizás no estamos considerando la pobreza y la desigualdad como una responsabilidad de todos y todas. Comparte tu opinión en los comentarios.
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Desde mi trabajo como voluntaria ayudo a personas que no tienen acceso al sistema de salud en Nueva York traduciendo de inglés a español y vice versa eventos de salud gratuitos y gestionando actividades de divulgación. A su vez, coordino los medios sociales de la organización a la que sirvo.