Capitalizar tu pasado para diseñar tu futuro profesional

Los patrones que observamos en los sistemas naturales también se encuentran dentro nuestro. La espiral, por ejemplo, fácilmente identificable en los caracoles está presente en la cóclea, una parte de nuestros oídos internos (antes conocida como caracol por su similitud). La encontramos en la forma del agua en los remolinos y del viento en los tornados. No es extraño que, como parte de la naturaleza que somos, la espiral describa los movimientos que toman nuestros caminos profesionales. 

Es el caso de la historia de Lucía Hernández Lettier, una agente de cambio tecnológico. Nacida en Uruguay, a sus 16 años dio sus primeros pasos como programadora enseñando programación e informática a adultos mayores. Trabajó en universidades y empresas y con 26 fundaba su segundo emprendimiento tech: SuitUpSolutions, una empresa de exportación de software de gestión para la industria tecnológica. Los movimientos parecían ir en dirección ascendente hasta que un día le tocó un cliente que fabricaba bandejas de plástico. Lucía recuerda que el vínculo comercial era bueno, pero cuanto más se afianzaba, más ruido le generaba poner sus habilidades al servicio de una organización que no se alineaba con uno de sus valores, el cuidado del ambiente. La incomodidad la llevó a estudiar Desarrollo Sostenible y a maravillarse con nuevas formas de hacer negocio. La pasión se encendía y las ideas brotaban; se arrimaba al borde de un cambio. La transición hacia lo nuevo fue paulatina (y solapada, como suele ser), siguió en su negocio para ganarse el sustento mientras se preparaba para dar el salto. Un año después, se rapó y migró a Bolivia. 

Aplicando el principio de la #permacultura “el problema es la solución”, Lucía dio a luz un nuevo emprendimiento con la intención de crear una alternativa a eso que tanto le molestaba. Así nació ProImpact, una consultora para la sostenibilidad que le permitió asesorar a clientes en estrategias de triple impacto, orientadas a balancear el impacto económico, social y ambiental. Le siguieron trabajos como autónoma para un startup chilena y Red Wara, otro de sus emprendimientos, enfocado en cerrar la brecha de género. En paralelo, trabajó en el IME Bolivia como coordinadora y posteriormente en el desarrollo de ecosistemas. En este nuevo ciclo profundizó en temas de #emprendimiento, #impacto, #género y #ecosistemas. Crisis de por medio, Lucía comenzó a sentir una necesidad de convergencia, un llamado a integrar aquello ese popurrí de pasiones. Otra vuelta de timón.

El año pasado, a sus 33, fundó su quinto emprendimiento: Metódica, que brinda soluciones para acortar la brecha digital mediante plataformas NoCode, permitiendo a los clientes operar tecnología de manera eficiente y ganar autonomía sin depender de programadores. Se mudó a Buenos Aires, muy cerca de su Uruguay natal y volvió al sector tecnológico. Desde afuera podría verse como un retorno, una vuelta al punto inicial.

Como mentora de temas relacionados con carrera profesional me es común escuchar: “estoy retrocediendo casilleros”, “tengo la sensación de estar de vuelta en el mismo lugar”. Muchas veces es eso: una sensación. Hay elementos de nuestro pasado que se repiten y entonces nos parece que es lo mismo. Sin embargo, si aprendimos y capitalizamos experiencias y si “nos dimos cuenta” de algo, nunca estamos en el mismo lugar porque, en algún sentido, no somos los/as mismos/as. La evolución de nuestra conciencia es espiralada; incluye y trasciende el pasado.

Datos de color del camino de Lucía

• Intentó dos veces estudiar una carrera universitaria pero no le funcionó. Se formó de manera autodidacta. 
• Vivió en Uruguay, Francia, Bolivia y Argentina (donde vive en la actualidad). 
• Probó diferentes modalidades de trabajo (algunas en simultáneo): tuvo 4 empleos en relación de dependencia, 3 como autónoma y fundó 5 emprendimientos.
• En paralelo a su trabajo, el voluntariado. Fue Directora de la Asociación de Jóvenes Empresarios del Uruguay, Líder de proyectos de Girls In Tech Uruguay y Co-fundadora de la asociación Yo Emprendo en Bolivia (articuladora de Ecosistema). Actualmente es Directora de la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios. 
• Lo único que no cambió es su deseo de hacer la diferencia, al menos para alguien.

Las mentorías laborales son un acompañamiento sensible para personas en crisis con sus trabajos, profesiones, vocaciones. Si te interesa saber más, descubre más sobre la autora de este artículo en su bio.

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