Educamos
promoviendo procesos personales y comunitarios de acuerdo al itinerario
teresiano para que las personas descubran el proyecto de Dios en sus vidas,
desarrollen sus capacidades y sean agentes de transformación social. Nos
comprometemos en los distintos campos apostólicos con la promoción de la
libertad, la paz y la justicia. Cultivamos el amor como actitud pedagógica y
fomentamos la dimensión comunitaria mediante relaciones solidarias y fraternas.
Ofrecemos nuestra aportación como mujeres en los distintos ámbitos de la vida y
de las culturas. Optamos a favor de la dignidad de las mujeres y asumimos el
reto de profundizar desde la perspectiva de género en la mística de la
educación teresiana.